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domingo, 24 de noviembre de 2013

Inauguración de una Librería - Cafetería sobre Doctor Who

Ayer 23 de Noviembre de 2013 se inauguró una librería - cafetería llamada Tardis en Coruña, llegué allí y me encontré un local un poco cutre, solo tenían 3 poster (saqué foto a uno porque el resto no valían la pena), lo único bueno es que estaban poniendo la serie moderna en inglés con subtítulos.

Para ser algo de Doctor Who dejó mucho que desear, solo tenían a la venta un libro estilo ¿Dónde está Wally? Pero con el Doctor y un destornillador de 11º, lo compré. Luego tenían más cosas, pero ya de otras series o películas

Tenían que haber traído más cosas de la serie, aunque se que lo hicieron todo a prisa, porque el jueves había pasado mi madre por allí y aún estaban haciéndolo.

Espero que traigan más cosas y que se modernice un poco más, que lo hagan más al estilo Whovian, que ayer allí, en aquel local tan pequeño, no se cabía, pero molaba ver a tantos fan de la serie allí reunidos.

Yo iba del 11º Doctor en versión chica con una pajarita, ya que al principio no tenía un destornillador sónico.



Si había más cosas de Doctor Who en la tienda de comics que estaba cerca de allí.

Este es el destornillador que me compré
allí, la Tardis me tocó en un sobre sorpresa
de Doctor Who que tenían en la tienda de Comics.
 
Yo fui así de 11º versión girl, lo que se ve
detrás de mi, no es de la librería, es de la tienda
de comics que hay cerca de ella y que también
estaba plagada de Whovians.
 

sábado, 16 de noviembre de 2013

Volver a Empezar



Dije en septiembre que iba a usar más este blog y poco lo he usado, en verdad no he vuelvo a usarlo desde que dije aquello y aquí me encuentro. El título de la entrada es simple, volveré a reavivar el blog, dejando las entradas antiguas en él, pero empezando a partir de esta de nuevo.

¿Por qué no he publicado nada? Empecé las clases que me absorben mucho tiempo entre trabajos y estudio, empecé un taller los miércoles y otro los sábados por la mañana y a parte de esto estoy en un grupo de deporte cuatro días a la semana de una hora diaria. Cuando tengo tiempo libre, intento ver alguna serie, alguna película, escribo fics, llevo con una amiga dos páginas dedicadas a famosos: Matt Smith Spain y Ewan McGregor y David Tennant Fans Spain Además me cree una página donde hablo de lo que subo y cosas interesantes para autores y demás, espero que la sigáis y me comentéis. Esta es.

¿Qué cambiaré? Muchas cosas, espero poder traerles por lo menos una entrada cada semana, aunque sea los domingos, si puedo más, mucho mejor.

Debo subir las dos introducciones que me faltaban de los libros de Sherlock Holmes, ya que tengo los libros desde hace uno mes o así, por falta de tiempo y ganas no me pongo a transcribirlas, una es de Mark Gatiss y la otra es de Steve Moffat.

También intentaré hablar más de Doctor Who, ya que la idea principal del blog era esa, hablar de Doctor Who y proyectos relacionados con la serie, pero no me importa que el blog tenga variedad, mucho mejor si tiene variedad.

Espero que en esta nueva etapa del blog me apoyéis y comentéis.

martes, 3 de septiembre de 2013

Introducciones a los libros de Sherlock Holmes

La editorial Debolsillo hizo una curiosa edición de los libros (de los 5 así editados, solo tengo 3), la curiosa edición es con la portada de los actores que encargan a Sherlock y Watson en la famosa serie Sherlock de la BBC.


Pues bien, a parte de las portadas, los libros tienen unas introducciones geniales, que he transcrito porque mis Sherlockies de WhatsApp me pidieron si les hacía el favor de transcribir las que tenía.

Pues aquí os dejo las introducciones de los libros que tengo. Disfruten porque son muy buenas y entretenidas.

El Signo de los Cuatro:
 

Introducción de Martin Freeman:

-        Martin, quieren que participes en una adaptación moderna de Sherlock Holmes.

Ahí es nada.
En mi cabeza saltaron todas las alarmas. ¿Qué significaba “moderna” en términos televisivos? ¿Deducciones en forma de rap? ¿Holmes y Watson recorriendo las calles de Londres en un Lexus para encontrarse con Lestrade, una lesbiana en silla de ruedas que almuerza drogas duras?
De hecho, si hacemos caso a lo que dijeron en Daily Mail sobre la serie, eso es precisamente lo que hicimos. Pero me voy del tema… Lo que me daba miedo era la idea de que Holmes se convirtiera en algo guay. Y no en un guay bueno, sino en un guay televisivo, que como todos sabemos, precisamente de guay no tiene nada. Y también me daba cierto miedo que la historia se alejara demasiado de la original sin (lo has adivinado), haberme leído ni un solo de los relatos originales.
¿Conan Doyle? Vale. ¿El perro de los Baskerville? También. (Soy capaz de ver cualquier versión que me echen.) ¿Rathbone y Bruce? Por supuesto. (Mi primer contacto con Holmes y, en opinión, todavía hoy brillante.)
La buen noticia (sí, sí, además de Moffat y Gatiss, ahora voy a ellos), era que querían a Benedict Cumberbetch en el papel de Holmes. Vale, me gusta cómo suena eso. Siempre he admirado su trabajo y no me costaba imaginármelo de Sherlock. Pero querían que yo fuera Watson. ¿Era bueno para mí? ¿El papel era interesante? Nunca me ha gustado la idea de pulular por los límites del plano mientras otros se llevan los aplausos.
Además, con todos mis respectos hacia Neil Bruce (mi Watson particular), él tenía unos 731 años más que yo cuando interpretó el papel, o al menos los aparentaba (eran los viejos tiempos; seguramente no tenía más de veintiséis),
Así que un día me llegó mi guion y de pronto todo, y cuando digo todo es todo, encajó. El tono, el ritmo, la relación entre Sherlock y Watson, el equilibro entre la acción y lo que yo llamo “diálogo”; todo salió despedido de sus páginas y me conquistó Y no es que me sorprendiera, porque Steven Moffat y Mark Gatiss son muy buenos guionistas y muy, muy respetados. No obstante, Watson era mucho más activo de lo que me esperaba. ¿De verdad lo habían hecho? ¿Habían eliminado el discreto pulular de los límites del plano para transformarlos en un sonoro ¡bum!?
Bueno, en realidad no. Quiero decir que lo que Steven y Mark han hecho como escritores con Sherlock es, en mi humilde opinión, cuando menos milagroso. Sus inventos e innovaciones rayan en lo genial, si es que tal cosa existe. Sin embargo, el material de Conan Doyle, como enseguida descubrí, era mucho más “moderno”, menos anquilosado, de lo que yo había imaginado.
John era un médico del ejército licenciado por invalidez durante la guerra de Afganistán, como el Watson original. Era un hombre físicamente capaz, igual que en los relatos originales. Como he dicho antes, por aquel entonces no había leído a Conan Doyle, pero en cuanto firmé por el papel de John, empecé a familiarizarme con los originales. Aún hoy sigo haciéndolo. Hay cosas que es mejor tomárselas con calma y, gracias a Dios, hay mucho material que revisar.
Como historias, los relatos de Doyle piden a gritos ser llevados a la gran pantalla (no es casualidad que lo hayan sido en infinidad de ocasiones, mucho más que cualquier otra ficción que se me ocurra). Y no solo porque los argumentos son tan inteligentes, que lo son, p porque los personajes estén tan bien construidos, que también. ¡Los diálogos son geniales! Cuanto más leo, más reconozco, en varias adaptaciones para el cine y televisión, líneas completas de los diálogos de Doyle a las que no se les ha tocado ni una coma. Tienen fuerza. Y una agudeza sorprendente. El libro que tienes entre las manos es un buen ejemplo de ello.
Solo te diré que aparece Mary Morstan, lo cual es una buena noticia para John Watson. El resto puedes descubrirlo, y disfrutarlo, por ti mismo.
Martin Freeman.
El perro de los Baskerville:

Introducción de Benedict Cumberbatch:
-        Señor Holmes, ¡eran las huellas de un perro gigantesco!

Una gran frase.
Fin.
Un momento, ¿quieren que escriba una INTRODUCCIÓN para El perro?
(Si fuera un musical, podríamos llamarlo así: ¡El perro! Un musical… Pues no es mala idea… ¡CONCÉNTRATE, Cumberbatch!)
¿Es esto una estrategia de Martin Freeman para que en breve la serie sea rebautizada John? Al fin y al cabo, estamos hablando de una de las historias más conocidas, sin duda la más terrorífica de todas. Y, sin embargo, la usencia de Holmes durante seis de los quince capítulos es, cuanto menos, notoria. Pero, ¿por qué?
¡Porque es evidente que es un perro! Perdón por el spoiler…
Sherlock lo descubriría demasiado rápido. Solo tendría que buscar al perro más grande del vecindario, y estaríamos de vuelva al 221B a tiempo para abrir el mueble bar y encendernos otro puro. Y de todas formas, ¿no es eso lo que debería hacer Mark Gatiss? Él se ha encargado de escribir nuestra versión ¡y tiene perro! Bunsen, por más señas. Aunque para ser justos con Mark (y con su perro), a Bunsen no le brota “fuego de la boca abierta” (a menos que la noche anterior haya comido arenques en mal estado), ni tiene “un brillo apagado en sus ojos”, ni “el hocico, la papada y el cuello” iluminados por un “fulgor intermitente”. Lo que sí hace es babear cuando se hecha sobre la espalda para que le rasques la barriga…
Descubrí tarde a Sherlock Holmes. Llegué a él hará unos tres años y a día de hoy todavía no me ido. Eso sí, lo he leído todo, per al principio, cuando no era más que eso, un principiante, tuve que confiar en los mayores fans de Holmes que conozco, Steve Moffat y Mark Gatiss. Dejé que guiaran mis instintos para interpretar al detective más famoso de la historia. Afortunadamente para mí, lo suyo no era un farol y resultaron ser dos de los mejores escritores de Gran Bretaña. Empecé por el principio y ya en Estudio en escarlata me di cuenta de que los libros son el punto de partida perfectos para cualquier caracterización. Hacen que interpretar a Sherlock sea un auténtico regalo.
El doctor Watson es, tal y como exige su profesión, una persona muy observadora. (Bueno, ve aunque no siempre observe, como Holmes le recuerda con frecuencia.) Pero como personaje que, sobre el papel, dota a Holmes de vida, Watson es brillante. La lectura y la investigación fueron ganando ritmo, así como mi amor por todo lo relacionado con estas increíbles historias. Me siento afortunado al decir que mis deberes consistían en leer toda la obra de Holmes. ¡Ah, la dura vida del actor!
Watson nos regala una temprana y maravillosa descripción del físico de Holmes: “Mientras lo observaba, no pude evitar, pensar en un perro de caza, de pura raza y bien adiestrado, que avanza  y retrocede entre los matorrales, gañendo con impaciencia, hasta encontrar de nuevo el rastro perdido”. Más adelante Holmes se describe a sí mismo como “soy uno de los perros de la jauría y no el lobo” y, como el perro de caza que persigue excitado a su presa, a veces nos muestra el otro extremo de su comportamiento canino en forma de ensoñación letárgica y casi depresiva junto a la chimenea del 221B. Es justo decir que, a diferencia del mejor amigo del hombre, a menudo alcanza dicho estado inyectándose una solución de cocaína al siete por ciento.
Hay muchos perros en la obra de Holmes. Algunos ladran por la noche y otros no. En “La corbeta de Gloria Scott” descubrimos que Holmes es atacado por un bull terrier ¡y necesita diez días para recuperarse! También tenemos al curioso Toby, mezcla entre spaniel y lurcher (lo cual nos deja medio spaniel, un cuarto de galgo y otro cuatro de collie, ¿no? ¡CONCÉNTRATE, Cumberbatch!). Sea como fuere, olvidemos la imagen de una hembra spaniel siendo fecundada por un lurcher (suponiendo que fuera así; creo que en este caso en particular, el tamaño se impone) y concentrémonos en que Holmes prefiere “la ayuda de Toby a la de toda la policía de Londres”.

Pero solo hay un perro verdaderamente importante en todo el canon sobre Holmes. Y avanza con paso siniestro entre las brumas de Dartmooor. ¡La vieja maldición de la familia Baskerville!
El primer recuerdo que tengo de esta estupenda historia es alguien leyéndomela en voz alta. Un profesor, quizá, o mi padre, siempre tan entregado. Recuerdo el miedo que me daba el elemento fantasmagórico del relato, aunque sabía que nuestro héroe acabaría con las telas de araña de la superstición gracias a su incansable búsqueda de la lógica. Pero ¡un momento! El doctor, Watson es enviado a Dartmoor… ¡solo! En la reciente versión para la serie Sherlock de la BBC, pasamos bastantes días lejos de Londres, escapando de la ciudad en busca de otro gran personaje de esta historia: Dartmoor. Sus paisajes son increíbles. Suaves colinas y valles abriéndose paso entre la majestuosidad del páramo, y vistas que parecen no tener fin bajo las últimas luces del día. Cuando se pone el sol, la temperatura desciende rápidamente y el paisaje se transforma hasta convertirse en algo extraño y desértico. Este es el lugar inhóspito, aunque hermoso, que Conan Doyle convierte con mano experta en un paisaje de pesadilla de colinas rocosas y niebla. Un ruido se acerca. Sientes una presión en el pecho. Te domina el miedo a lo que pueda haber más allá de tu mano. De pronto se escucha un aullido lejano… Transmite tanto dolor, tanta desesperación, que no puedes reprimir un escalofrío. ¡La llamada de  una bestia vengativa y hambrienta!
Si esta es tu primera vez, bienvenido seas. Has de saber que te envidio por las emociones que te esperan en las páginas siguientes. Si, en cambio, eres un viejo amigo, ¡perdóname por entretenerte! Señoras y señores, con ustedes el caso más famoso y admirado de Sherlock Holmes, y su aventura más terrorífica y evocadora: El perro de los Baskerville.
¿Ha salido bien? ¿Puedo repetirlo? ¿Qué quiere decir que no es como cuando rodamos…?
¡Vaya!
Benedict Cumberbatch.
Las Memorias de Sherlock Holmes:

Introducción de Steve Thompson:

Todo entusiasta de Holmes recuerda su primer encuentro con el personaje. El mío tuvo lugar en julio de 1977.
Tengo diez años (el típico chaval de los setenta, con su jersey de lana ajustado, sus pantalones de campana y un corte de pelo salido del mismísimo infierno). Mi padre nos ha llevado de vacaciones a Cumbria. Hace un tiempo horrible. Nos alojamos en un granero reformado: recordemos que, por aquel entonces, “reformado” era sinónimo de un leve lavado de cara. Mi hermana y yo nos morimos de aburrimiento después de pasarnos toda la tarde mirando la lluvia y quejándonos constantemente por la falta de distracciones, y apenas llevábamos un día.  Lo único que nos salva es el televisor en blanco y negro que hay en una esquina de nuestro dormitorio, cuyas paredes están llenas de manchas de humedad. En la BBC Dos están haciendo un ciclo de Holmes con todas las películas de Rathbone y Bruce. Cada noche dan una diferente. Esa es la primera vez que me encuentro con el personaje. En un viejo televisor portátil. En un granero.
Basil Ratbone es la personificación de Sherlock Holmes. Sus modales refinados, el perfil noble, la voz tan rica y llamativa. Me siento frente al televisor hechizado, sumido en un trance ante la elocuencia del genio. Nunca he visto nada como él. Es capaz de descubrir que se ha cometido un crimen por una mancha de pintura en la cabeza de un tornillo. Puede deducir toda la vida de un hombre a partir del metal gastado que remata el extremo de su bastón. ¡Yo también quiero hacerlo! Por primera vez el intelecto me parece algo chulo, algo sexy, Sherlock Holmes me arrastra a un mundo peligroso y exótico, un mundo en el que los villanos no solo te aporrean, sino que primero te envían pepitas de naranja para ponerte nervioso. (Todavía lo recuerdo como si fuera ayer, temblando en el sofá, viendo Sherlock Holmes desafía la muerte, el thiller basado en la quinta historia de este volumen, “El Ritual de los Musgrave”).
De pronto me olvido de la tranquila majestuosidad de los lagos de Cumbria y espero con impaciencia la hora de volver al granero todas las noches y encender el televisor. Sherlock Holmes es el tipo con el que me gustaría pasar el rato. De hecho, quiero ser él. Mi hermana y yo nos convertimos en Holmes y Watson, deseando descubrir a cualquier criminal que ponga los pies en esta alejada zona rural con la intención de esconder una perla robada o de partir la columna de su próxima víctima. El crimen nunca ha sido tan glamuroso. Ayer quería formar parte de una banda de rock, hoy quiero ser detective. Al parecer, o eso es lo que dice mi padre, las películas están basadas en libros, así que cuando se acaban las vacaciones reúno toda la calderilla que conforman mis ahorros y me planto en la librería más cercana.
Todo entusiasta de Holmes recuerda su primera recopilación de historias. La mía era una gruesa antología de bolsillo, negra y roja. Conan Doyle me atrapó en la primera página y aún hoy sigue sin soltarme.
Septiembre de 2008. Treinta y un años más tarde. Una cena con amigos. (Ahora asisto a cenas porque ya soy adulto. A veces incluso llevo una botella de vino). Es en la casa que Steven Moffat tiene en Londres. Steven, Mark Gatiss y yo y nuestras respectivas parejas. Steven quiere hablarme de un proyecto para la televisión en el que lleva un tiempo trabajando.
“Queremos hacer una serie de Sherlock Holmes pero situándola en la actualidad.” Yo asiento con entusiasmo mientras me pregunto si he oído bien. ¿Sherlock Holmes en el SXXI? ¿Funcionará? Holmes está intrínsecamente vinculado a su época. El suyo es un mundo de elegantes carruajes, nieblas perpetuas, lámparas de gas y cifras secretas dibujadas con sangre en las paredes de una mansión gótica. ¿Puede Holmes ser arrastrado, entre gritos y patadas, hasta la era moderna?
Steven, muy en su línea, se muestra emocionado con el proyecto; menciona las películas de Rathbone, muchas de las cuales estaban ambientadas en la década de los cuarenta. Si Rathbone lo había hecho, nosotros también podemos. ¿Quiero escribir un episodio? Por supuesto. Y así, tres décadas de que Basil y yo nos conociéramos, me invitan a coger la batuta y contribuir, por poco que sea, al legado de Sherlock Holmes.
Me gusta pensar que Doyle habría aprobado lo que hemos hecho con la serie. (Vale, el proyecto sale de las mentes de Steven y Mark; yo solo me subo al tren después de una agradable cena). Doyle fue un autor prolífico – escribió cincuenta y seis relatos cortos y cuatro novelas para presentarnos al detective más elegante de la historia de la literatura – pero tuve una relación ambivalente con su creación. Nunca se mostró posesivo con el personaje. Holmes empezó como una forma de completar sus ingresos como médico: 50.000 palabras enviadas a sus editoes, Ward y Lock, que le pagaron veinticinco míseras libras por los derechos de autor y las publicaron en su almanaque navideño. Doyle entregó su deslumbrante creación al mundo, pero fue el mundo quien creó el mito. Sherlock Holmes fue sometido a incontables interpretaciones, algunas contemporáneas a Conan Doyle, que jamás tuvo un solo problema con ellas.
El gorro de cazador es el ejemplo más evidente. No se menciona en ninguna sola vez en los relatos que estás a punto de leer (tampoco en los anteriores ni en los posteriores). Sydney Paget, el ilustrador del The Strand Magazine, sentía debilidad por este tipo de sombrero y fue el primero en representar a Holmes llevando uno. “Elemental, querido Watson” es la frase que más se asocia a Holmes, aunque Conan Doyle nunca la utilizó. (El detective exclama “¡Elemental!” cuatro veces en sus relatos, pero eso es todo.) La pipa curvada es un añadido posterior, adoptado por un actor que representaba a Holmes en el teatro. Prefería la pipa de espuma de mar a un modelo más rectilíneo porque era muy patoso con el atrezo y le resultaba más fácil de sujetar. Resumiendo: ni gorro de caza, ni pipa, ni frase para la posteridad.
¡Y los errores! ¿Cuántas esposas tuvo Watson? Entre una y cinco; el texto es alarmantemente inconsistente a este aspecto. Y su herida de guerra. Unas veces era en el hombro y otras había descendido hasta la pierna. Lo cierto es que nunca nos ha importado. O ni siquiera nos hemos dado cuenta. Cegados por la genialidad de los personajes y sus aventuras, nunca nos detenemos a cuestionar tales minucias.
Así que no creo que a Doyle le hubiera importado que nos hayamos tomado ciertas libertades con su creación. Estaba acostumbrado. A la obra de Shakespeare se le ha infundido un nuevo vigor gracias a su interpretación moderna. La grandeza de la obra de Doyle reside en que, despojado de las lámparas de gas, de la niebla y de las lúgubres mansiones, sigue siendo, sin lugar a dudas, Sherlock. Su voz siempre se oye por encima del rumor.
El último relato de este volumen se titula “El problema final” (Atención: si no quieres saber qué pasa, sáltate el resto de esta introducción. Lo digo enserio.) El profesor Moriarty lucha con Holmes al borde de un precipicio en las cataratas de Reichenbach, Suiza. La ilustración de Paget de los dos hombres pelando antes de morir es, seguramente, una de las imágenes más perdurables del personaje. Doyle mató su creación al final de estos relatos y, como no podía ser de otra manera, provocó la ira de sus lectores.
A la puerta de su casa de Londres llegaron sacos de cartas amenazándole. La prensa le ridiculizó. Una ilustración de la época muestra a Doyle llorando sobre un ataúd. Incluso llegó a denunciar el ataque de una mujer que le golpeó con su paraguas en plena calle. Al fin y al cabo, era el hombre que había asesinado a su querido Sherlock Holmes. Doyle abandonó el país para escapar de la ola de protestas, pero pronto su resolución empezó a debilitarse.  ¿Acabaría sucumbiendo a lo inevitable y resucitando a Holmes? ¿Era tal cosa posible?
Desgraciadamente, esta introducción no abarca los relatos que vinieron después. (No quiero cargarme el final, seguramente ya sabes por donde voy. ¡Acabo de decirte que hay más relatos!) Si Conan Doyle intentó por todos los medios mantener a su héroe bajo tierra, quiero creer que perdonaría a las generaciones posteriores por resucitarle con un atuendo diferente. Disculpará a Basil por ponerse un sombrero de fieltro y enfrentarse a los espías nazis en el Londres de la Segunda Guerra Mundial, todo en nombre de Sherlock. Y con un poco de suerte, también nos perdonará a nosotros por los trajes de Westwood, los blogs, los mensajes de móvil y por parches de nicotina.
Sherlock todavía no puede ser enterrado: nos llama desde las gélidas profundidades de las cataratas de Reichenbach. Pero todas nuestras variaciones serán siempre eclipsadas por los exquisitos originales de Doyle. Disfrutarlos.
Steve Thompson.

martes, 25 de junio de 2013

UgeSparrow


Otro día más que el Doctor me enseña videos, esta vez no es de AlohaPapatas como la última vez, esta vez es de UgeSparrow. Vi el que me enseñó y me gustó como todos los que vi de él.
Hace videos geniales (me los veré todos para poder hablar mejor del tema), puedo asegurar que sus videos no son como los de esos Youtubers que se creen famosos por hacer videos chorras, sus videos son de cosas cotidianas y videos currados.
Me hace gracia que salga en los videos con gafas de sol pero así ya tiene su marca distintiva.
Es un joven muy majo en Twitter, pero que si habláis de algo sin saber muy bien y él controla del tema os empezará a criticar y todo (pero nunca con maldad). Su Twitter por si lo queréis seguir es -> https://twitter.com/UgeSparrow
El último video que hizo para el día de la música no es el típico video en el que alguien habla de sus gustos musicales, no señor, el video es él levantándose y haciendo cosas normales con una buena música y la conclusión a la que llega es la siguiente: A veces la interpretación es mala, pero con la música parece mejor (algo así era, ahora mismo no recuerdo todo exactamente). Y tiene razón, muchas veces un actor lo está haciendo pésimo en una película y le ponen una buena música de fondo y la cosa cambia.
Os dejo su canal de Youtube para que comprobéis sus videos -> http://www.youtube.com/user/UgeSparrow
Ahora os dejo uno de sus videos para que veáis de qué hablo y le sigáis:

domingo, 23 de junio de 2013

AlohaPatatas


Hoy nada más levantarme el Doctor me ha enseñado el nuevo video de AlohaPatatas y me ha gustado como todos los que sube. Tiene pocos subidos, pero es que está empezando, tenía antes otro canal, pero este es mejor (y lo dice alguien que conoce ambos canales).
En sus videos habla de cualquier cosa, luego tiene una sección llamada desnudando patatas (que es de confesiones, anónimas o no) y por último una pregunta, esas preguntas que nos hacemos a veces todos y que él intenta responder.
Al que hace los videos lo conozco desde hace tres meses de las redes sociales, hablamos mucho y me cae muy bien. Si queréis seguirle su Twitter es: https://twitter.com/VictorTies
Víctor hace unos videos que me animan mucho, ha hablado de mi en varios, pero lo que más me gustan de esos videos es que sale natural, sin hacer estupideces como Rubius, dice cosas que son verdades como puños.
Debéis ver sus videos, son geniales, cuando a veces estoy triste o deprimida me pongo a ver sus videos y mi depresión se me pasa.
Ahora que estamos en verano, espero que suba más videos que quiero disfrutar de sus videos en todo momento, quien sabe, a lo mejor se vuelve famoso y los que comenzamos viendo sus videos seremos los que digamos: Mira qué lejos ha llegado Víctor y como cada día tiene más seguidores.
Os dejo su página de Twitter: https://twitter.com/AlohaPatatas y su página de Youtube: http://www.youtube.com/user/AlohaPatatas?feature=watch
Espero que le deis una oportunidad y si os gusta me alegro. Y por último os dejo uno de sus videos. Disfruten: